Leyendo a G.E. Moore

Leyendo a G.E. Moore
Ca'n Pastilla 27 Marzo 2016

lunes, 10 de octubre de 2016

PSOE Y MELANCOLÍA DE DIÁLOGO

En su columna de El País de hace una semanas, Máriam Martínez-Bascuñan me transportó a los viejos tiempos. Cuando en 1963 ingresé en la Facultad de Económicas de la Complutense, andaba yo buscando un alojamiento político acorde con mis ideales. El Partido Comunista ya no me gustaba un pelo, por su historia de gobierno en los países de la Europa oriental, y por su funcionamiento rígido en torno al “centralismo democrático”. Pero los grupúsculos a su izquierda, que enseñoreaban la universidad en aquellos días, trotskistas, maoístas, anarquistas… me repelían aun más, por su irrealismo y sus dogmatismos.
A mi el que me gustaba era el PSOE. Por todo lo que había leído sobre su historia; y por la influencia ideológica de Julián Besteiro (del cual me había leído su discurso de ingreso en la Academia de Ciencias Morales y Políticas “Marxismo y antimarxismo”; y el magnífico libro, tesis doctoral, de Emilio Lamo de Espinosa “Filosofía y Política en Julián Besteiro”). Pero ya por aquel entonces el PSOE era, para muchos, un viejo y anticuado partido, una formación política que había sido vencida en la Guerra Civil.
Pero otros, como escribe Máriam, aunque éramos jóvenes, teníamos ya una edad, en la que necesitábamos de la memoria. Entendíamos que nuestra responsabilidad en el presente, se extendía a como narrábamos el pasado. Contar la historia con sus imágenes y sus metáforas, diría mucho de cómo quisiéramos relacionarnos con nuestro tiempo y el que vendría. Finalmente aquella efervescencia, que resultaba de la pulsión del cambio, fue canalizada por un PSOE renovado en su Congreso de Suresnes.
Muchos jóvenes militantes socialistas, se “escandalizan” estos días de los enfrentamientos entre la vieja guardia y partes del aparato, con la dirección elegida hace dos años y la parte más joven de la militancia. Y algunos incluso ya escriben sobre escisiones. No lo creo. Como ya he escrito a veces: “Nunca en el PSOE ha existido un pensamiento único. Se debate en él continuamente y libremente. Las más de las veces haciendo bastante ruido”. En los años treinta entre prietistas, caballeristas y besteiristas. En la dictadura entre el partido del interior, y la dirección de Llopis en Toulouse. Más recientemente, entre renovadores o felipistas y guerristas.
Felipe y Suarez
Como militantes hemos de tomar partido dentro del partido, y yo ya lo he hecho. Pero con serenidad y confianza sobre el futuro. El PSOE es un partido muy acostumbrado al debate y, también, un experto en pactos internos y externos. Internamente solucionamos en su momento, las diferencias mencionadas. Externamente pactamos con los azañistas y anarquistas en la República. Con el centro-derecha, nacionalistas y comunistas en la Constitución, y en los Pactos de la Moncloa. Y con los comunistas y algunos nacionalistas, en la constitución de los primeros ayuntamientos democráticos en 1979. ¿Por qué no vamos a hacerlo una vez más? Y que nadie me interprete mal, No es NO. Terceras elecciones. Congreso Extraordinario y Primarias. Hoy por hoy, con este PP ni hasta la esquina..
Estamos los socialistas muy habituados al pacto y al diálogo, es decir, a solucionar nuestros conflictos a través de la palabra, de la argumentación, de las buenas razones. La palabra, el Logos, como recordaba el otro día Manuel Fraijó en El País, nos es común, un bien compartido. La lengua nos une sólo a los nuestros, pero el lenguaje nos emparenta, nos hermana, con todos los seres racionales. Como escribía María Zambrano, la gran discípula de Ortega, se trata además de una “razón con entrañas”, una “razón que no humilla a la vida”, que conduce directamente a “la piedad”. Y Nelson Mandela recordaba con tristeza: “Mi gente me acusaba de cobarde por tender la mano”.
Durante los muchos años que viví en Madrid, por estudios y dedicación política, me gustaba visitar Toledo, y lo hice con frecuencia. Y me resultó siempre difícil visitar la ciudad, sin recordar con lejana melancolía, que allí convivieron y dialogaron tres religiones, tres culturas, tres formas de vivir y morir. Su Escuela de Traductores, nos recuerda Fraijó, asombró al mundo, por su denodado esfuerzo en crear entendimiento y diálogo.
Carrillo y Felipe
Me gustaría llevar al ánimo de todos los militantes del PSOE, jóvenes y veteranos, dirigentes o “puta base”, viejas glorias o recién llegados, el recuerdo de nuestra cultura, de nuestra tradición de libertad de pensamiento y de debate incesante, pero también de fidelidad al partido, a sus estructuras y a sus dirigentes. Animarles a no dejar de lado, nuestra vieja costumbre de confrontar nuestros pareceres con pasión, pero con lealtad, y llegar siempre a un acuerdo.
Recordar que la verdad es sólo histórica – y “comunicativa” según Habermas – y producto de un diálogo razonado. Que del diálogo se sale siempre más enriquecido, más ilustrado, más humilde. Recordemos a Antonio Machado: “¿Tu verdad? No, la verdad, y ven conmigo a buscarla”. O el canto a la amistad de Aristóteles, que nace del diálogo.
Recordemos, o lean los más jóvenes, la reciente historia de Europa. Llena hoy de problemas y deficiencias, pero en paz y amigable convivencia, al menos en la zona occidental, desde 1945. Camino que se inició con el “abrazo” entre Adenauer y De Gaulle, solemnemente sellado en la catedral de Reims. Último paso de un diálogo que llevó al perdón mutuo, de cientos de años de agravios entre ambas naciones. Dos grandes políticos ¡de derechas! Dos grandes hombres de Estado, generosos y con altura de miras, que supieron perdonarse su pasado, y mirar hacia el futuro. O la posterior reconciliación entre alemanes, rusos, checos y polacos. Sellada cuando un gran Canciller alemán, Willy Brandt, tampoco ajeno al diálogo interior, cayó de rodillas en Varsovia, ante el monumento a las víctimas del nazismo. Aquel memorable día estalló la paz y comenzó, entonces sí, un “tiempo nuevo”.
Y más cerca de hoy, rememoremos los tiempos no tan lejanos de nuestra Transición. Aquellos fueron también días de agotadoras sesiones de diálogo, de palabras de honor, de apretones de mano, de mutuas concesiones, que nos trajeron hasta nuestro presente. De días en los que recordábamos sin cesar a Nietzsche, cuando tachó de fanáticos a los convencidos sin fisuras. Y George Steiner ha escrito que Europa es el “lugar de los cafés”. Y que si alguien deseaba encontrar a Pessoa, a Freud o a Unamuno, le bastaba con montar guardia ante sus cafés favoritos. Y que aquellos cafés eran lugar de diálogo, de tertulias, de conversaciones y de pactos o acuerdos. Y yo viví personalmente, la gran cantidad de estos que se “firmaron” en el bar del Congreso o en sus pasillos.
Así que un cafetito y un diálogo.

Palma. Ca’n Pastilla a 18 de Septiembre del 2016.


3 comentarios:

  1. Sabes por qué ahora será más difícil, Emilio?
    Porque faltan cabezas, a las que se ha invitado a salir, y porque falta coraje para proponer políticas que nos permitan ser relevantes, otra vez, en TODA España, y no sólo en una parte y para TODOS los españoles

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  2. Sabes por qué ahora será más difícil, Emilio?
    Porque faltan cabezas, a las que se ha invitado a salir, y porque falta coraje para proponer políticas que nos permitan ser relevantes, otra vez, en TODA España, y no sólo en una parte y para TODOS los españoles

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  3. Sí Antoni la situación es más difícil, más dura, por muchos motivos. Vivimos tiempos "nuevos", una crisis global muy dura, unas nuevas formas de manifestación política (redes sociales y todo eso). Y sí, también, lo que de momento parece una incapacidad grave de muchos dirigentes, aunque no de todos, para rediseñar un nuevo posicionamiento del partido, acorde con los nuevos tiempos, que nos permita recuperar la relevancia en todos los territorios del Estado, y más, diría, en el seno de la U.E. para colaborar decisivamente en que la misma, dé un giro que la aparte de las políticas neoliberales y austericidas, que tanto daño están haciendo a tantos. Pero yo soy optimista a medio plazo, pues tenemos una militancia fabulosa.
    Un afectuoso abrazo,

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